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miércoles, 12 de agosto de 2015

Buenas desde Osaka!
Ayer nos despedimos de Kioto visitando Fushimi Nari, un templo sintoista que se levantó para honrar a la deidad del arroz y el sake.
Un camino de puertas rojas te conducen a distintos templos repartidos entre bosques y un pantano. Los zorros, cuyas figuras aparecen en cada templo, eran animales sagrados.
Encantados con la visita, nos ha parecido de las cosas más imprescindibles que ver en Kioto, junto con Gion y el pabellon de oro.
Luego tomamos rumbo a Osaka. Esta ciudad no es tan interesante.
Muchas luces de neón, comercios, cangrejos gigantes y mujeres de vida alegre...entremezcladas con las recatadas japonesas de a pie.

























Ayer exploramos la noche Osakeña y encontramos un sitio de crepes japoneses...recomendado en la guía (Cipri, ha sido la guía más amortizada de la historia). Sobre la mesa hay una plancha caliente donde te sirven el crepe y se acaba de hacer. La masa es más gruesa que el crepe que nosotros conocemos y tenía de todo, mezcladas carne con gambas, etc...no estaba mal (a Helio le gustó mucho).
Hoy nos lo hemos tomado con calma. Un paseo por las tiendas frikis y vintage de Amerika Mura, comer, otro paseo y al hotel.
Mañana volvemos a Barcelona y pasado vamos hacia Valencia. Menudo periplo!!
Os llamamos cuando lleguemos (19hrs aprox. el mismo jueves).Un besote.

lunes, 10 de agosto de 2015

Hoy hemos ido a dos templos más y al mercado.
El primero, Shimogamo Jinja, es un templo sintoísta. Como todos los sintoístas tienes que purificarte a la entrada, limpiando manos y boca con el agua de una fuente. Las estructuras son sencillas y de madera. Suele haber una o varias "puertas" o arcos en la entrada, llamadas "tori". Luego hay varios templos adornados con rayos de papel o con árboles dentro...Se da absoluto protagonismo a la naturaleza. También hay un lugar donde escribir tus deseos y colgarlos o echando monedas y tocando una campana. Aunque se ve predominancia de una religión, aquí ambas conviven y se entremezclan.
El siguiente templo, Kinkaku-ji, es también llamado el pabellón dorado, y está cubierto de pan de oro. Este último es predominantemente budista.
Aunque nos suelen gustar más los sintoístas, por ser más sencillos, este último hay que reconocer que es impresionante, y con su pantano alrededor, parece sacado de una postal.
Luego hemos comido en un sitio de ramen recomendado en la guía y ...como entra esa sopita humeante después de caminar bajo el sol de Japón...mmm jiji ...fuera de bromas, estaba muy buena...pero creo que es una comida más de invierno.
Luego hemos ido al mercado de Nishiki y hemos caminado entre tiendas de comida rara y de tooodo lo que os podais imaginar hecho con té verde.
Esta noche adivinad, sushi y nos casi despedimos de Kioto. Nos queda mañana Fushimi Nari y tomamos rumbo a Osaka. Ya tenemos ganas de veros!




















domingo, 9 de agosto de 2015

Arashiyama es otro distrito de Kyoto y allí nos hemos ido esta mañana.
Lo que hay aquí que lo hace especial, es un bosque de bambú y macacos en libertad!
Antes del bosque y los monos, cabe mencioar el entorno maravilloso de puro bosque japonés con río, que está a sólo media hora del centro de Kyoto. Parece un pueblecito de montaña, hasta los pescadores llevaban esos sonbreros de paja que parecen un platillo volante (cónicos achatados?).
El bosque de bambú, además de tener buena sombra y aliviar el calor, es casi tan precioso como sugiere la guía. Digo casi porque al final has de ir por un camino acotado lleno de turistas (y turistas en tuc-tuc, esas carrozas tiradas por guías que van explicándote cosas mientras corren cargando contigo...no sabemos qué cuesta pero esos sí que se ganan el sueldo) y no es tan bosque encantado. Aún así, es algo que no habíamos visto antes, ni imaginado, y nos ha encantado.
Después lo de los macacos ha sido más emocionante todavía. A Nuria se le ha mantenido la sonrisa en la cara más de una hora, y eso a pesar del calor y de la subida a la montañita donde viven los macacos. Pensábamos que iba a haber algún tipo de verja separatoria, pero nada de eso, rondaban junto a ti y estabas a un mordisco de ellos todo el rato. Muy monos los macacos, menos cuando chillaban.
Habían madres macaco con sus crías colgadas de la barriga y macacos de todos los tamaños y estados de ánimo. Tranquilos en su piscina o su rama hasta que le enseñaban un trozo de manzana.
Luego nos hemos liado un poco con las líneas de bus pero finalmente hemos llegado al hostal. A veces es complicado entender los carteles pues muchos vienen solo en japonés.
Nuria dice que está hasta las narices de los fideos y que echa de menos la paellita de mamá.
Esta noche nos damos un homenaje así que esperamos algo más elaborado...pero no pez globo..o
















tra cosa.
Os pongo el resumen del día en fotos.
Besitos.